lunes, 28 de mayo de 2012

¡POBRES! y ricos.


Me siento como si estuviera montada en una montaña rusa que discurre a gran velocidad; que coge vertiginosas curvas y tan pronto sube a lo más alto, como baja a lo más profundo. En fin. Es difícil de explicar, salvo que muchos de vosotros tengáis sensaciones similares, en cuyo caso, no creo sea necesario hacer ningún alarde de unas cualidades literarias que, por otra parte, no tengo.
Con esa misma sensación de vértigo, analizo a veces la realidad. En ocasiones desde un punto de vista todo lo técnico que lo poco que he estudiado me ha enseñado a entender (o eso creo); otras veces desde el más sencillo y humano sentimiento que tan sólo es capaz de expresar una intuición.
No sé si hoy estoy intuitiva o sentimental; no se si estoy arriba o estoy abajo de la montaña rusa. Lo cierto es que últimamente no estoy segura ni de mi propia realidad pero, sobre todo, porque cambia permanentemente. Un día tenía unos derechos que hoy no tengo; un día tenía unas expectativas que hoy no tengo; un día tenía unos ideales que nunca pensé que tendría que volver a defender y sin embargo me siento obligada a defenderlos; otro día me rindo; un día me siento capaz de comerme el mundo y otro día siento como este mundo y este sistema me devora sin remedio sin que yo pueda hacer algo para evitarlo, ni tan siquiera intentarlo.
No obstante, esta libertad de la que todavía disfruto y esta inocencia que no quiero perder, en ocasiones me hace reflexionar sobre cosas y perder la razón o tal vez recuperar la cordura. Eso en realidad, en este mundo de ficción, casi nadie lo sabe.
Lo cierto es que, como no tengo suficiente entendimiento para comprender la realidad y, por otra parte, vistas tantas realidades diferentes, no sé si “una realidad”, “en realidad” existe, intento analizar las cosas desde la más absoluta simplicidad.
Y me atrevo a afirmar cosas tan básicas como que no veo al Mundo dividido entre derechas e izquierdas; no veo al mundo dividido entre islamistas y cristianos, judíos, budistas o laicos; no lo veo dividido entre países del Norte y países del sur, ni entre países del Este y países del Oeste; ni siquiera en continentes; ni en zonas emergentes, zonas civilizadas o zonas deprimidas. Sólo veo el mundo dividido entre ricos y pobres; entre poderosos y miserables sin oportunidades; entre personas con derechos y personas condenadas al sufrimiento y la esclavitud.
Y veo a todas esas gentes en todos los lugares del mundo; en todas las ciudades, barrios, hogares o incluso en las calles, pues en todos los países del planeta veo gente que no tiene ni un techo para cobijarse ni un trozo de pan que llevarse a la boca.
Sin embargo, en todos esos países -incluido España, por supuesto- todos somos objetivo de una misma manipulación, de una misma soberanía, de un mismo poder: el poder del dinero. El poder del dinero que si hace falta utiliza la violencia y las armas; el poder del dinero que define la libertad, los derechos, la justicia, lo que está bien y lo que está mal, lo que es bueno y lo que es malo.
Los ricos tienen el poder del dinero. Los pobres tenemos el poder de la mayoría y de la fuerza. El dinero controla el “divide y vencerás”. La mayoría debemos tener el poder de la unión y la solidaridad.
Contra quienes quieren aniquilarnos (que no es broma) por que han hecho acopio del dinero, la única ESPERANZA es que, nosotros, somos más y mejores.

4 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo.Yo tambien veo el mundo asi,tristemente cada dia mas.La union hace la fuerza y no podemos rendirnos ante los poderosos porque somos mas y ellos tambien dependen de nosotros,de nuestras compras,nuestra mano de obra (sudor y sangre),nuestros votos o nuestros ingresos.Unamonos en un solo grito, el grito de la LIBERTAD.Solo asi venceremos y ganaremos TODOS un mundo mas justo y mas humano. Un saludo.David @boirazgz

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    1. Muchas gracias por leerlo y mucho animo para luchar. La derrota será la "total" esclavitud

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  2. Yo no he renunciado a la revolución. El defecto de la democracia española es que no tenemos el precedente histórico de las guillotinas. El miedo es la mejor medicina de que las cosas van a ir bien. Hace milagros. Los politicos se reducirian a la décima parte y los que quedaran serian garantia de buena gestion, empezando por lo social. !Como estemos esperando que la parasicasta ceda algo de sus prebendas para bien de la ciudadania nos moriremos en la espera!

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  3. En este país, ningún político asume ningún tipo de responsabilidad. Solo el pueblo en masa en las calles puede devolver un poco de cordura a esta supuesta democracia. Y llegara porque la indecencia política y económica esta rebasando todos los limites q las personas pueden soportar. Gracias por leerme y un abrazo

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